Te pongo en contexto.
El copywriting va de comunicar bien. Va de usar las palabras de una forma más efectiva para que tu proyecto avance con buen pie.
Porque tu empresa tiene una idea que lanzar al mundo. Un mensaje que trata de promover una causa, una marca o un producto o servicio.
Pero dime, ¿los textos de tu web, emails o comunicaciones comerciales están transmitiendo de forma eficaz ese mensaje?
Y es que lograrlo no siempre es fácil…
Por eso, hoy quiero hablarte de copywriting desde una mirada más humana y ética, y de cómo esta herramienta puede ayudarte a impactar más con las palabras.
¿Estás comunicando bien?
Seguro que te suena eso de «lo que no se comunica no existe». Parece de sentido común, ¿no crees?
Si tu deseo es hacerte un hueco en la mente de tu audiencia, has de comunicarle que existes. Contarle quién eres, qué haces, cómo lo haces y por qué lo haces. Y mejor ser tú quien se ocupe de ello que dejarlo en manos del azar o de personas que quizás no conocen lo suficiente tu proyecto.
¿Que tú ya has tomado las riendas de tu comunicación? ¡Estupendo! Sin duda, es un gran paso.
Pero, a lo mejor no es suficiente. Y es que no basta con comunicar. La clave está en comunicar bien. Y eso pasa por escribir con el foco puesto en tu audiencia y en la respuesta que deseas alentar en ella.
Justo aquí es donde el copywriting entra en juego para echarte una mano.
¿Qué es el copywriting?
Una definición sencilla sería un conjunto de técnicas de redacción persuasiva.
Vaya, ¿a ti tampoco te suena bien eso de persuadir?
Me pasa igual, suena a manipular y a juego sucio. Pero la realidad es que persuadir también es influir de forma positiva en las personas. Es convencer, sensibilizar, motivar, hacer reflexionar, empoderar, inspirar… Es movilizar y construir mejores realidades.
Es todo eso y mucho más.
Decía el otro día la periodista y maga de las palabras Teresa Viejo, que no hay palabras inocentes. Y creo que es verdad, porque detrás de ellas siempre hay una intención o una motivación.
Pues bien, el copywriting te proporciona un montón de recursos para que los pongas al servicio de esa motivación última.
¿Por qué cada vez se habla más de copywriting?
Quizás te sorprenda, pero esto del copywriting no es algo nuevo. De hecho, es algo bastante viejo, tanto como la publicidad.
Un copywriter es el redactor publicitario de toda la vida, solo que ahora se ha popularizado con este nombre un tanto extraño. Aunque no es lo único que ha cambiado…
Lo cierto es que ha cambiado toooodo.
Y es que, en un abrir y cerrar de ojos, hemos pasado de una sociedad donde el papel era el rey a otra dominada por lo virtual y por los datos.
¿Recuerdas aquellos años en los que para investigar sobre cualquier tema tenías que echar mano de una enciclopedia? ¡Que nostalgia me da recordarlas!
Ahora, la enciclopedia más grande jamás imaginada está en Internet, y la mitad de la población mundial ya tiene acceso a ella. Y no solo eso, millones de personas en todo el mundo ya pueden alzar su voz y llevarla hasta la otra punta del planeta.
¡¡Hemos ganado un superpoder!!
Pero al mismo tiempo, también somos más vulnerables por el bombardeo de información al que estamos expuestos. Es en este contexto donde el copywriting cobra todo su sentido.
En un entorno sobresaturado de estímulos y distracciones, necesitamos más que nunca elegir bien nuestras palabras para que nuestros mensajes de cambio destaquen y brillen con luz propia.
Y no solo eso, también necesitamos hacer un uso más ético de lo que escribimos en la red, para que nuestro lenguaje esté siempre a favor del bienestar de las personas y del planeta, y de un consumo más responsable.
Y, creo yo, que aquí el copywriting también tiene mucho que aportar.
¿Qué puede hacer el copywriting por tu negocio y por el mundo?
Llegamos al meollo del asunto.
Ya te he contado que la comunicación de tu empresa es clave para tu negocio, y que el copy te va a ayudar a mejorarla. Pero imagino que, en este momento, lo que a ti más te preocupa es vender tu producto o servicio para hacer tu proyecto sostenible en el tiempo. Y así, poder llegar a más personas y ampliar tu impacto.
Sin embargo, las prisas no son buenas.
En la mayoría de casos, la venta es el resultado de un largo camino. Lo es, sobre todo, cuando tienes claro que quieres vender de una forma más humana y respetuosa. La buena noticia es que hay herramientas que te ayudarán a avanzar más rápido hacia tu objetivo, y siendo fiel a tus valores.
El copywriting es una de ellas y lo hace así:
Logra que te escuchen
Para que tu producto o servicio no pase desapercibida a los ojos de tu potencial cliente.
Esta es la piedra más grande que vas a encontrar a la hora de visibilizar tu empresa. Y es que lo que comunicas está rodeado de ruido y de otros proyectos que, como el tuyo, se desviven cada día por atraer las miradas de sus públicos.
Pero nuestra atención como usuarios de Internet es muy limitada, cada vez más.
Aquí todo es rápido y fugaz, imposible llegar a todo como consumidores.
Así que tu audiencia tendrá que elegir entre todo un océano de buenas causas, titulares y llamadas a la acción.
¿Has sentido alguna vez el efecto «ni fu ni fa» al entrar en una web?
Ocurre cuando solo encuentras palabras vacías o textos que son un copia y pega de otros que has leído mil veces.
Estoy segura de que, en muchos casos, tras esas web grises hay equipos llenos de pasión y de ganas por cambiar las cosas. Pero sus comunicaciones no lo transmiten… Por eso, si quieres que tu potencial cliente se pare a leerte, necesitarás escribir de otra forma, y potenciando aquello que hace tu proyecto diferente.
Solo así llegarás a crear textos imposibles de replicar y que destaquen entre la multitud.
Hazte valer
Para que tu audiencia entienda tu propuesta y reconozca su valor.
Tienes un producto o servicio que busca mejorar la vida de las personas y resolver un reto social. Tú sabes que tu proyecto es necesario y que lo que ofreces es valioso y único, pero ¿lo perciben así las personas a las que hablas? ¿O te ven como una marca del montón, sin personalidad, y que además no explica con claridad sus valores ni lo que hace?
Lo que a tus ojos es evidente, a lo mejor no lo es tanto para tu potencial cliente. Así que, para que no haya lugar a error, tendrás que explicarle de forma clara, concisa y honesta por qué tu producto es especial y qué beneficios aportará a su vida y al mundo.
Conecta
Para que tu mensaje deje una huella positiva en el corazón de tu audiencia, y te recuerde.
No basta con que tu cliente te encuentre y decida regalarte unos minutos de su tiempo abriendo un email tuyo o leyendo alguna sección de tu web.
Tampoco es suficiente con que entienda que tienes un buen producto o servicio. Necesitas ir un poco más allá.
Hace falta que tus palabras conecten con esa persona a un nivel más profundo, más emocional. Empatizar, generar confianza, crear vínculos… ¿te suena?
Seguro que alguna vez te ha pasado que has leído algo y has pensado, «parece que me está hablando a mí». O has sentido que algo en esas palabras te resonaba de una forma especial.
Son sensaciones que a veces cuesta entender, pero que no son tan fáciles de olvidar.
El copywriting te ayuda a lograr una conexión más íntima con tu audiencia, colocando sus necesidades e inquietudes en el centro de tu relato. Pero ojo, no como mero objeto de tus intereses comerciales, sino como sujeto al que respetas y deseas ayudar de forma genuina con tu trabajo.
Impacta
Para que tu proyecto genere un cambio real en el planeta y en la vida de las personas a las que ayudas.
Esto no va de escribir solo para informar o entretener. Tu misión es sumar tu granito de arena para solucionar un problema, individual o social, y que necesita del empuje de muchos.
Y tú vas a contribuir con ese producto o servicio en el que crees.
El reto es grande…
Por eso, no basta con que tus palabras atraigan y conecten con tu audiencia, hace falta mucho más.
Para empezar, que lo que escribes «salga del papel» y se transformen en acción. Necesitas escribir para movilizar y transformar.
El copywriting te ayuda a dar ese salto.
Un ejemplo de empresa que comunica bien
AUARA es una empresa social que vende agua mineral en botellas de plástico reciclado, y destina el 100% de sus beneficios a desarrollar proyectos de acceso a agua potable en los lugares más pobres del planeta.
Les mueve una causa, luchar contra la falta de agua potable que sufren millones de personas en el mundo.
Pues bien, si echas un vistazo a su web enseguida te encontrarás con esta idea: El agua puede cambiar el mundo.
Así de rápido y sencillo nos lo explican. Este es su mensaje principal y el hilo de todo su relato. Pero también nos hablan de sus productos, únicos por su diseño y sostenibilidad.
Además, si te mueves un poco por la web encontrarás otras ideas que transmiten de forma clara, atractiva y concisa, como el consumo responsable, la transparencia o la lucha contra la pobreza.
Gracias a sus textos y a la fuerza de sus imágenes, AUARA logra tocarnos con su causa y hacernos entender en pocos segundos qué hacen, cómo lo hacen y porqué lo hacen. Pero estas ideas no solo están presentes en su web. También lo están en sus publicaciones en redes sociales, en su newsletter, en sus campañas de comunicación o cualquier otra acción online u offline que desarrollen.
Para mí, esto es un ejemplo de comunicar bien.
Cómo escribir para impulsar cambios
Sin un impacto real, ¿de qué sirven nuestras palabras por muy bellas y sabias que sean?
Tu proyecto necesita algo más que textos bonitos para cumplir con su misión. Necesita generar cambios en quien te lee. No podemos (¡ni queremos!) actuar por nuestras audiencias, pero sí podemos informarles adecuadamente, acompañarles y motivarles para realizar ese cambio.
➤ Hacen falta más que palabras para cambiar el mundo. Pero todo empieza por ahí, por la palabra. ¿Por dónde si no?
Por eso, cada sección o página de tu web, cada email o cada pieza de tu comunicación ha de tener un objetivo que cumplir o un resultado al que llegar. Estos objetivos pueden ir desde lo más simple a lo más complejo, y de lo más concreto a lo más abstracto.
Hay tantas posibilidades como caminos elijas para llegar a tu destino.
✓ Que tu audiencia o potencial cliente abra un email que le has mandado
✓ Se suscriba a tu newsletter
✓ Comparta un post que has escrito
✓ Realice una compra
✓ Solicite un presupuesto
✓ Contacte contigo
✓ Se apunte a una charla o formación gratuita
✓ Conteste a una encuesta
✓ Visualice un vídeo
✓ Valore un servicio
✓ Firme un manifiesto
✓ Participe en un evento
✓ Se haga voluntario o socio
✓ Realice una aportación económica…
Tus objetivos también pueden ser menos medibles, pero con un resultado si cabe más poderoso.
✓ Cambiar o reforzar las percepciones de tu audiencia sobre un problema social
✓ Transmitirle tus valores y propósito
✓ Comunicarle una determinada identidad de marca
✓ Generar confianza
✓ Reforzar vínculos
✓ Proporcionarle una experiencia más agradable al leer tus textos (por ejemplo, que no se sienta coaccionado, no abrumarle con demasiada información, etc.).
Cómo ves, el copywriting es mucho más que escribir para vender o lograr el «clic» de tu cliente.
Esto va de escribir para transformar realidades. Al menos, así me gusta verlo a mí.
Invita a tu audiencia a actuar
Vamos a verlo con un ejemplo concreto. Echa un vistazo a esta imagen sacada de la web de AUARA:
¿Verdad que con solo un vistazo nos queda claro qué acciones podemos realizar para contribuir a su causa?
¡AUARA nos invita a actuar! Y lo hace hablando de tú a tú a su potencial cliente, sin rodeos.
Esto es un ejemplo de buen copywriting, o de cómo redactar textos con la mirada puesta en tu audiencia y en la respuesta que esperas y deseas obtener de ella.
Un deseo final
Espero que ya tengas un poquito más claro qué es el copywriting y qué sentido tiene aplicarlo a los textos de tu negocio.
Para ayudarte, me comprometo a ir compartiendo contigo recursos y técnicas concretas para que puedas ponerlas en práctica.
Eso sí, lo haré intentando no perder el foco…. Porque necesitamos aprender a comunicar y a vender, eso está claro. Pero nada de eso tiene sentido si dejamos de lado nuestro propósito más importante:
¡Cuidar de las personas y mejorar el mundo!
Yo prometo no perderlo de vista. Espero que tú tampoco 😉